Logroño, 16 de julio de 2025 — Cada vez más expertos coinciden en que el abordaje psicológico de las adicciones es tan importante como el tratamiento médico. Lejos de concebirse únicamente como un problema de consumo, las adicciones son hoy entendidas como trastornos complejos con raíces emocionales, cognitivas y sociales que requieren una atención integral.

Según datos del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, el 74% de las personas que buscan ayuda por una adicción presentan también síntomas de ansiedad, depresión o traumas no resueltos. Aquí es donde la psicología clínica desempeña un papel fundamental.

“La adicción no es solo el uso de una sustancia, sino la relación que se establece con ella. Y esa relación muchas veces tiene que ver con carencias afectivas, traumas o mecanismos de evasión emocional”, explica la psicóloga Elena Martínez, especializada en terapia cognitivo-conductual.

Entre las terapias más utilizadas se encuentran la terapia cognitivo-conductual (TCC), el enfoque sistémico (que trabaja también con el entorno familiar y social del paciente) y el mindfulness, que ha demostrado reducir las recaídas al mejorar la autorregulación emocional.

Además, en los últimos años ha crecido el uso de tratamientos personalizados que combinan apoyo psicológico, intervención social y en algunos casos fármacos que ayudan a mitigar la dependencia física. Este enfoque integral permite una mayor tasa de éxito a largo plazo.

La buena noticia es que el estigma en torno a la salud mental está disminuyendo, lo que anima a más personas a pedir ayuda. “La psicología ya no es el último recurso. Para muchas personas, es el primer paso hacia una vida libre de adicciones”, concluye Martínez.